Los Da Costa - Machado

Coleta da Costa Machado


Ricardo Caetano Da Costa (1827) y Felicidade C. Da Costa (Brasil, 1831) se casaron en 1852 y tuvieron nueve hijos, cinco varones y cuatro mujeres.

El quinto, cuarto de los varones (foto), fue Maximiano Felisberto Caetano Da Costa (1853-1921) quien se casó con Joaquina Úrsula Machado Correa (1850-1921) el 22 de febrero de 1871 en Santa Isabel, Municipio de Arroyo Grande, Brasil (otro documento establece esta boda en Santa Clara de Olimar). 
Joaquina Úrsula había nacido en Arroyo Grande en 1850 y falleció en Cerro Chato el 24 de mayo de 1921, cumplidos 70 años.

Joaquina era hija de Ignacio Machado Da Costa (Río Grande, 1805), casado en 1833 con Joaquina Correa Correa (Río Grande, 1809)(*) 

Maximiano da Costa y Joaquina Machado

Maximiano
y Joaquina tuvieron nueve hijos:

-Maximiano Tupinambá, que se afincó en Río Grande.

-Ignacio Pomfilio que vivió en el Cordobés, 9na. Sección de Cerro Largo.

-Leovegildo Epaminondas, también afincado en Cordobés.

-Nimia Amelia, en Tacuarembó.

-Joaquina Felicidade.

-Filadelfo, o "Philadelpho", como figura en algunos documentos, afincado en Rivera.

-Coleta, nacida el 28 de noviembre de 1881 en Los Molles, Cerro Largo, y fallecida en Montevideo el 26 de noviembre de 1931, dos días antes de cumplir 50 años.

“Físicamente mi madre era de regular altura, gordita, cara redondita, ojos castaños, la nariz de los Da Costa, cabello lacio; primero moño, después fue de las primeras que en Cerro Chato se cortó melena. Cuando usaba melena se peinaba todo el pelo para atrás, sujeto con una peineta de carey. La ropa que usaba era más o menos como la que usamos ahora, el largo bajando la rodilla, escote regular, manga corta o sin manga. Para salir siempre usaba collares o cadenas, pulseras, de todo. Su manera de ser: alegre, sociable, conversadora, trabajadora, movediza. Creo que era el motor de mi casa, quería mejorar, comprar cosas, comprarnos ropa a nosotros, salir, pasear. Lo veo a mi padre llegar acalorado del campo, en verano, a tomar un vaso de agua fresca, no sin antes ponerle al vaso unas gotas de un líquido que había en un frasco y que él llamaba “esencia”. Era para que no hiciera mal el agua si la tomaba sudando. Mi padre era rezongón, rezongaba a todos y por todo…”
(Dalila, Recuerdos)

-Daria, también radicada en Cerro Largo.

-María Atlica, también en Rivera.

Ascendencia de Coleta da Costa Machado


Maximiano Da Costa y Joaquina Machado, con sus hijos ya mayores. Coleta es la segunda por la derecha, de pie.


(*) Joaquina Correa proviene de una familia de aquéllas que fueron traídas por la fuerza en los tiempos en que el virrey Cevallos logró conquistar Río Grande y obligó a muchas familias portuguesas a partir hacia la Banda Oriental. Así se fundó San Carlos, por ejemplo y se pobló la campaña de Maldonado. Pero hubo muchas familias que se trasladaron nuevamente hacia Brasil y otras quedaron en el medio del camino, en Treinta y Tres y Cerro Largo. Este parece ser el caso de esta familia. Así también ocurre con la familia Machado.
Joaquina Correa fue hija de José Correa de Oliveira, nacido en 1779 en Río Grande y casado en 1805 con Isabel Faustina Correa de Brum, brasileña nacida en 1781.

O amado Comendador >>

José Correa de Oliveira es hijo de Francisco Correa Mirabhaleta, portugués nacido en 1767, y Catharina Dias De Oliveira, brasileña.
Isabel Faustina Correa De Brum es hija de José Faustino Correa De Brum (1758-1810) y Antonia Oliveira Correa (1762-1843).
José Faustino, por último, fue hijo de Faustino Correa (1723) y de Isabel Brum (1718).

"(...) Al tramitarse el certificado de nacimiento de nuestra madre allí aparece como padrino del bautismo Aparicio Saravia, circunstancia que nadie conocía. Tengo en mi poder fotocopia del documento expedido por el obispo de Melo, certificando el bautismo y los padrinos. En esos años no existía Registro Civil, y el banco de datos, llamémoslo así, estaba en manos de la Iglesia Católica.  
Otro hecho pintoresco es el relativo al origen del apellido Da Costa. Tía María Da Costa contaba que su padre Maximiano recordaba de niño a su abuela, una india de la tribu Tupinambá (sur del Brasil) que sentada al atardecer en lo alto de una manguera de piedra silbaba llamando a los perros para ir a buscar a las vacas. 
Según parece, lo que impresionó la memoria del niño Maximiano fue que la abuela silbaba haciendo pasar el aire por el agujero que tenía en el labio superior, de donde colgaba un aro de hueso. La misma historia me contó por carta hace algunos años nuestro primo Oriente Brasil Da Costa, de Porto Alegre. Uno de sus hermanos creo, se llamó Tupinambá...  
La versión en la que se coincide cuenta que hubo una vez un sueco, parece que de apellido impronunciable por la cantidad de consonantes, que propietario de una carreta cargaba mercadería en la costa. Luego atravesaba Río Grande de este a oeste y vendía sus baratijas a las tribus de indios Tupinambá.  
En una de esas tolderías parece que el sueco de la historia vivió un romance que tuvo consecuencias. Lo del apellido difícil explica que se le conociera como “el sueco da Costa”, o sea “de la Costa” en portugués." 
(Ariel, Memorias)

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